Sepulcre, Belmonte y otros tránsfugas

El otro día, rastreando uno de los periódicos de la provincia, reparé en la afirmación que Eva Montesinos hacía sobre Nerea Belmonte en una entrevista. Esta rezaba así: “Nerea Belmonte ha pasado de ser no adscrita a tránsfuga”.

Declaración, con gancho y con atractivo en la forma, pero que en el fondo no encaja en la realidad. Una verdad, que, a lo largo del tiempo, ha atestiguado que los que son expulsados o abandonan por sus propios medios una formación política, siempre se trasforman en tránsfugas. Exceptuando a aquellos que cambian de siglas debido a una renuncia ideológica de sus anteriores siglas, como en el caso de los miembros del PP que han aterrizado en Ciudadanos o de los afiliados del ya casi desaparecido UPyD que cambiaron el rosa por el naranja, los políticos que mudan en un color que poco se asemeja a la ideología que ellos anteriormente procesaban se tránsfugotizan en cuanto renuncian a sus ideales y se dejan llevar por la ambición o sus intereses personales.  

El caso más reciente, el de Nerea Belmonte, mujer, que está acaparando titulares no solo en la prensa alicantina sino de toda España por el entramado que se ha gestado en base a su persona. La tránsfuga que cambió el rumbo de Alicante y de la historia por su derecho a tener sueldo sumado a la tirria que le tenía a Miguel Ángel Pavón por haberla defenestrado de la política y dejarla sin sueldo en la cuneta del grupo de no adscritos. Infierno de la indiferencia, de la soledad de estar sola ante el peligro, de la nostalgia de no tener el apoyo de una estructura que le brinde un futuro, del abandono de no contar con unas siglas en las que abanderar unos ideales. Falta de principios, que son carne de cañón para que los partidos con intereses ocultos la cortejen con presentes y con futuros huecos en listas electorales.

Propuestas, que, para sorpresa de todos, aparentemente no han venido del Partido Popular, el tiempo dirá, y seguro que hablará con hechos, si la formación recién condenada por la trama Gurtel ofreció a Belmonte algún tipo de sustento en especie en forma de puesto de relevancia o de dinero en efectivo metido en un sobre, pero según la edil ex de Podemos el PSOE fue el partido que le ofreció más de 3.000 euros para que votara a favor de Montesinos en la sesión de investidura. La podemita de fachada pero pepera de espíritu arrebató el gobierno a la izquierda, a esa ideología con la que ella se llena tanto la boca para darle el poder a los amigos de Ortiz, ese empresario que tanto criticaba.

No creo ni en el Partido Popular ni en Nerea Belmonte. No es nada personal, solo me remito a los hechos. Como dijo Descartes, “No me fio de quien me ha engañado una sola vez”. Presuntas mentiras, que se descubrirán, tiempo al tiempo, de igual manera que se han descubierto los trapos sucios de Zaplana, ese que por mucho que se empeñen algunos, siempre será del Partido Popular y nunca de Ciudadanos. 

Varios, como los tránsfugas de la formación naranja, que, siguiendo la tesis de Fernando Sepulcre, bombardean las redes sociales con titulares que vinculan al ex President de la Generalitat Valenciana con Albert Rivera. Un Sepulcre, el otro tránsfuga del Ayuntamiento de Alicante, que ataca a su ex partido con la figura de Zaplana mientras regala su voto en la Diputación mes si otro también al Partido Popular. ¿No será él el que es amigo de Zaplana? 

Para allegados de los tránsfugas, el partido Contigo. Esa formación, que su única consigna parece ser el “Los de Ciudadanos que malos son”. Los de Rivera son el mal, los de Aguar, el líder de este partido, son los rescatados por este salvador. Siglas conformadas por los descontentos de Ciudadanos, por aquellos que no consiguieron medrar lo suficiente y no conquistaron los objetivos que se habían marcado. Todos, absolutamente todos los miembros de Contigo son despechados de Rivera. Tan indignados, que injurian a los líderes naranjitos tomándoselo como algo personal. No todo vale en política, pero para los tránsfugas sí, es lo que pasa cuando no defiendes ningún ideal. 

Ánimo, Belmonte, se fuerte, estamos Contigo.