Del Sábado, 04 de Octubre de 2025 al Jueves, 30 de Octubre de 2025
Mentirosos y rufianes

Los que me leen, saben que detesto las incoherencias, las contradicciones que esclavizan al ser humano y nos hacen caer en la trampa de actuar de forma contraria a la que pensamos.
Conducta paradójica, por la que los independentistas catalanes ya han hecho un master. No como el de Cifuentes, este es de verdad. A través de actos y de practicar una conducta nada acorde con lo que su corazón les dicta, ha ocasionado que los soberanistas, en especial todos aquellos que trabajan en el Congreso de los Diputados, vivan en una incoherencia y circulo vicioso constante. Se creen sus propias mentiras pese a estar viviendo la auténtica democracia de la que gozamos los españoles, con cada sesión plenaria del hemiciclo. Mientras hablan en la tribuna de la casa custodiada por los leones, estos se llenan la boca condenando la represión del Estado español. Se les da voz, y los mismos que mueven la lengua para predicar su palabra, protestan por ser censurados.
El caso más claro, Gabriel Rufián, mi querido rufián. Y digo apreciado, porque a pesar de que tenemos nuestros más y nuestros menos a través de las redes sociales, hay que comprenderle y solidarizarse con su persona por vivir en una dimensión paralela. Salvemos al soldado Rufián. Mis dedos inquietos no pueden evitar manipular el teclado del móvil para responder a las mentiras e incoherencias que el bufón independentista difunde a golpe de tweet. Que si Ciudadanos es fascista, que si España es una dictadura en la que no se respetan los Derechos Humanos, que si Otegi es un héroe de la democracia y de la libertad… Grandes falacias y tergiversaciones demagógicas por las que no me puedo callar y debo actuar. Ignoro el hecho de que las tropas de trolls independentistas me ataquen o se dediquen a leer mis artículos y a despotricar contra su contenido y contra mi persona. Como dice un gran amigo mío, hemos venido a jugar.
Un entretenimiento, eso es lo que supone la política para Gabriel Rufián. Juego en el que todo vale y cualquier argumento es válido, aunque se caiga en la incoherencia. Al mismo tiempo que este y sus paisanos soberanistas asalariados del Congreso no dudan en aceptar las remuneraciones que reciben por ser diputados de la cámara baja, estos tildan a España y a su sistema de régimen. Dictadura, de la que reciben dinero y que estos gustosamente aceptan sin titubear. Cada primero de mes, acuden a su banco de confianza y sacan capital de su cuenta para tener efectivo con el que comprar lazos amarillos o insignias reivindicativas. ¿Cómo unos liberales y demócratas como ellos se dejan sobornar por un estado tiránico? Muerden la mano que les da de comer, quieren asesinar al padre que les acoge, les escucha y les aguarda.
Ese Estado que paga las pensiones de sus jubilados, esta España ladrona que ha regalado a todos los catalanes más de 1.971 millones de euros. Ojalá entrara en mi casa un caco que al disponerse a despojarme de mis posesiones me diera millones de euros para gastar en lo que quisiera. Ladrón, inexistente, del mismo modo que todos los aspectos totalitarios que los comunicadores independentistas han creado.
Utilizando la técnica Goebbelsniana, los independentistas han conseguido descarriar a miles de ovejas mediante mentiras que han calado en los corazones y mentes de los soberanistas. Personajes como Gabriel Rufián que no pasaran a la historia por ser grandes políticos o líderes, sino por mentirosos y traidores no solo a España, sino a su propio pueblo por guiarles hasta el precipicio de la perdición.













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