Día Sábado, 22 de Noviembre de 2025
Escena de lapidaciones y hoguera de vanidades

Oigan ustedes; la situación actual, me recuerda mucho a "La vida de Bryan" en la escena de las lapidaciones. Las mujeres no podían lapidar a los blasfemos por el simple hecho de ser mujeres, era un tema privativo de los hombres y sin embargo, las féminas, lo hacían con mucho gusto travestidas con frondosas barbas masculinas compradas a tal efecto y falsas voces al ser requeridas por el Sumo Sacerdote.
Hoy pasa lo mismo. Unos políticos lapidan a otros políticos que según los primeros, son unos mentirosos. Vivo perplejo al ver cómo unos lapidan a otros, con que naturalidad y falta de coherencia gente que también miente puede lanzar piedras y quedarse tan pancho. Para lapidar a alguien, tienes que ser honrado y limpio primero, si no es así quédate quieto que por escupir al cielo te vas a mojar idiota!!
Para poder soltar la lengua y después la mano y la piedra, tienes que tener el culo limpio, muy limpio y entonces sí que se puede hacer, les aconsejo que visiten al proctólogo. Me pasmo al constatar cómo unos son portadores de la verdad verdadera incontestable y fulminan con su discurso mientras que otros, los pillados en un traspié resisten sin dimitir y sobre todo sin vergüenza. Sin vergüenza ninguno de ellos y mientras tanto, a verlas todos caer mientras llega el Advenimiento del Santo Oficio.
Si tienen sus currículums por escrito o publicados, vuelvan a releerlos, comprueben todos los datos, sobre todo si se van a dedicar a la política. Sepan que los Notarios van a dar un nuevo servicio; "El CAC", no de caca, de caca no. Se trata del Certificado de Autenticidad Curricular, especialmente especializados en masters. Por el módico precio de 1.000 euros, nos hará estar tranquilos en nuestro futuro político al expedir un certificado de veracidad incontestable.
Somos el país de la Europa, en el que los camareros tienen más licenciaturas y masters y los políticos tienen menos méritos académicos, por lo que se los tienen que inventar para parecer mejores; licenciaturas matemáticas inexistentes para profesores particulares de academia de pueblo; ingenierías industriales para aquellos que solo estuvieron 2 años y sin ir a clase; postgrados de Harvard de 4 días pero en Aravaca que como todos sabemos, es una ciudad importantísima de los Estados Unidos de América; licenciatura en filosofía inventada para vicepresidente melómano que solo era perito. ¿Quieren que siga?...
Somos un país revolucionario, hemos llevado la cultura y la formación exhaustiva a la restauración, el comercio, la limpieza, las gasolineras y los servicios varios, y por culpa de nuestra igualdad identitaria marxistoide, no exigimos a los políticos este nivel de formación. Todo vale, solo con ser elegidos, se sufre lo que llamaremos "La transmutación cultural inmediata" y no se necesita nada más, pero si hace falta, pues se inventan títulos y masteres del universo y a correr que la vida son dos días y uno y medio lo pasamos dormidos.
Hasta hoy, si eras político, te podías inventar sin problemas tus méritos, sobre todo porque quedaba feo que el que organiza, decide y dirige, sea un cerebro sin neuronas, sin estudios, sin esfuerzo alguno conocido y sin oficio ni beneficio salvo el meramente político, claro está. Por eso, estos tíos, al escribir sus currículums, si todos los días pasan por delante de la facultad de medicina, automáticamente son médicos; si cierran la llave de paso del agua al salir de casa, se trasforman en ingenieros hidrológicos. Si les gusta tomar el sol, serán sin esfuerzo expertos en Energías alternativas y así con todo.
Mientras nosotros, opositando para una plaza en el almacén de Mercadona y dando gracias a Dios que no vean que somos abogados, economistas, periodistas o ingenieros. Sobre todo porque si no lo conseguimos nos toca irnos fuera de España, aquí no se nos entiende.
Pero desde hoy, sépanlo bien, resulta que "mentir es malo" y si te cogen debes dimitir. Entre ustedes y yo, si esto se cumple, nos vamos a quedar sin dirigentes, porque yo pienso que todos mienten en sus currículums y sobre todo en temas de mayor trascendencia. Si quieren ser políticos, les aconsejo que no tengan nada que certificar, mejor si no han estudiado nada, mejor no tener masters del universo que puedan ser analizados por la prensa y sus rivales políticos.
Recuerden, si tienen problemas con hacienda, coméntenlo antes a su camarero que les sirve café todas las mañanas o al gasolinero que calma la sed de su coche o al portero de su finca o al carnicero del mercado que tan bien filetea, tengan por seguro, serán licenciados en económicas de verdad o en cualquier disciplina interesante.
No se les ocurra preguntar lo mismo al político de turno que con casi toda seguridad estará licenciado solo en si mismo y en nada más y aunque su currículum diga otras cosas, no serán ciertas, les contestará con milongas y trolas inverosímiles con voz impostada y si se descuidan, terminará denunciándoles por irregularidades inexistentes en su beneficio.
Lo siguiente podría ser un texto de la Nueva Vida de Bryan;
-Vengo a lapidar al político mentiroso.
-Pero si usted no puede, usted también es político.
-Si, pero yo digo la verdad.
-Por favor, no cruce los dedos mientras habla que no soy idiota y le aconsejo que se lo piense dos veces porque cuando las barbas de su vecino vea cortar...
* Rafael Simón Gallardo es médico y cuenta cuentos inveterado...














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