Día Sábado, 22 de Noviembre de 2025
El desgobierno y el seny perdido

William Young y su familia disfrutan de un merecido descanso en Alicante. Tras un duro periodo de trajín y trabajo en Liverpool, por fin están en España. Su lugar fetiche, territorio, que pese a las diferencias que existen entre los ingleses y los españoles, es el lugar idóneo para desconectar del estrés de su rutina. Esperan apaciguar su tensión laboral durante esta Semana Santa en nuestras fronteras.
Nerviosismo, que disminuye, pero este viaje, no ha sido tan placentero y fructífero como él y sus allegados esperaban. El transporte público no responde adecuadamente a sus necesidades. Éste, acostumbrado a cenar pronto como en su país natal, no puede permitirse ese lujo por el mero hecho de que el autobús que le debe llevar hasta el hotel de la playa San Juan donde esta hospedado, pasa cada 30 minutos. Tiempo prolongado por el que debería de coger un medio de transporte una hora antes para poder controlar correctamente su limitada existencia. Ni en vacaciones se libra de hacer gestiones…
Sus paradisiacas vacaciones, ya no son un paraíso. Al problema con el transporte público, hay que sumar su indignación por la suciedad de la ciudad. Los paseos, las calles y las esquinas, están putrefactas. Ni en su vecina Manchester había visto tanta suciedad, y eso es decir mucho. Roña, que pese a ser abundante en cantidad, no es eliminada con contundencia. William ve mucha basura y poco personal de limpieza. Mucho trabajo, y pocos operarios. Su descanso, tiene un sabor agridulce, no ha disfrutado tanto como en otras ocasiones. Siente que Alicante, es una ciudad gobernada por muñecos de paja sin criterio y sin conciencia. Duda si volverá en verano…
Mi querido amigo William, es producto de mi imaginación. Como lo fue Wilson en el náufrago. Pero a diferencia de aquella pelota personificada e irreal, este personaje representa a muchos turistas que han pasado la Semana Santa en Alicante. Extranjeros, que, conversando con ellos durante el trayecto del transporte público, me expresaban su indignación por la tardanza de los autobuses en el fin de semana. Así como el excesivo deterioro de las calles de la urbe debido a la abundancia de basura.
Porque, desgraciadamente, parece que este ayuntamiento, no habla con los ciudadanos. Al igual que hace el futuro exalcalde Gabriel Echevarrí, estos se enclaustran en sus despachos y no salen a la calle. No preguntan, no dialogan. Permanecen impasibles ante las protestas de los ciudadanos. No solucionan los problemas, cambian las piezas, pero no modifican el tablero. Por mucho que se haya delegado la competencia de limpieza, parece que la higiene no va con ellos. Y digo esto dejando a un lado la presunta corruptela de Gabriel Echavarrí, que si se pone nervioso, seguro que me bloquea en las redes sociales... Mundo virtual, que es mi pajarito, es el mensajero por el que mis conocidos me trasladan los vacíos latentes en materia de limpieza y de transporte. ¿Es que acaso, señor Fernando Marcos no actualiza su Twitter?
Le recomiendo, no solo a usted, sino también a sus compañeros de gobierno, que escuche a los ciudadanos, que se ponga a su altura. Una gran mujer, la portavoz de Ciudadanos en Les Corts, Maricarmen Sánchez, dijo una vez: “Los políticos deben de dejar de pisar moquetas y empezar a andar por el asfalto”. Calles y aceras, que, si usted transitara por ellas señor Marcos, o allá donde esté, señor Echevarrí, se darían cuenta de que escasea el personal de limpieza. Están en peligro de extinción. Les recomiendo que muevan cielo y tierra para que les incluyan en el catálogo de especies en peligro de extinción. Falta de personal, de la que ustedes no se deben de percatar. Del mismo modo que no aprecian la tardanza de algunas líneas de autobús. Es lo que tiene cuando tienes tanto coche oficial.
Todo esto, lo digo de forma constructiva, ya dije en uno de mis artículos que valoraba positivamente parte de la gestión realizada a lo largo de la legislatura por el señor Marcos. Pero los políticos, son humanos, y el que mucho abarca, poco aprieta. No es normal que cada edil socialista lleve a sus espaldas más de dos concejalías. Eso no hay quien lo gestione. Si Gabriel Echevarrí hubiera tenido sentido común y coherencia, este ya no sería alcalde, y quizá un servidor no estaría escribiendo estas líneas.
Esperemos que el todavía regidor no esté de vacaciones, y se encuentre inmerso en la búsqueda de su sentido común. Ya sabe, recuperemos el seny.













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