Del Sábado, 04 de Octubre de 2025 al Jueves, 30 de Octubre de 2025
Teoría King Kong

Oigan ustedes, acabo de leer "Teoría King Kong" de Virginie Despentes, me ha provocado una sensación extraña en doble sentido, buena y mala, no por cómo está escrito, lenguaje claro, directo y contundente sino por la naturalidad con que define "tipos" de mujer sin vergüenza ni cortapisa ideológica.
Esto, me ha movido a escribir sobre los hombres, para no ser complaciente y no buscar la aquiescencia entre mis ideas y el público. Me gustaría ser muy provocativo, buscar la estrategia de ruptura eficaz, la catarsis innovadora, la renovación liberadora que tanto precisamos los masculinos en estos tiempos y que sin duda Virginie, consiguió hace años escribiendo sobre la mujer, el feminismo, el poder, la violación, la prostitución y la pornografía.
Este es un buen momento para los hombres, es una buenísima ocasión para atrevernos a dar un salto al vacío, sin excusas y con estilo, para por fin, romper las amarras de nuestro seguro puerto, donde nuestra embarcación envejece y se envilece soportando el dominio de La Capitania y la Aduana, que nunca cierran ni cerrarán, mientras nosotros, los machos, sigamos siendo su seguro negocio y sobre todo, por nuestra total falta de oposición.
El Estado, es la gran madre machista que nos protege, forma y no nos deja expresarnos con naturalidad imponiendo sólo determinados roles masculinos al uso, aunque oficialmente, diga otras cosas, políticamente más correctas.
Anhelo el día que pueda navegar mirando las estrellas de otra manera, con nuevo astrolabio, vislumbrar al final, la nueva Isla de la Calavera, hogar de King Kong, donde los barcos descansan en el golfo sin amarras, sin pagos, sin impuestas, sin prebendas ni control, mundo donde cada uno es cada uno sin vergüenza bajo la protección telúrica del gorila gigante que asusta al incrédulo y protege al devoto.
Escribo desde mi lado más oscuro y secreto, desde mi yo más protegido y poco enseñado por vergüenza, desde mi parte más deforme y fea, escribo también para los hombres, solo para ellos, para los feos, los viejos, los impotentes, los infollables, los histriónicos, los que están descatalogados, los excluidos y los autoexcluidos, los malos chicos, los monstruos, los cazadores y los presos, para decirles que los los "guais", los guapos al uso, el hombre blanco, heterosexual, competitivo, macho alfa, musculoso y que va de triunfador, en el fondo, es otro desastre como nosotros.
Ellos y nosotros, representamos roles que nos atenazan y cohiben, son roles que sirven para controlar a todos aquellos que vivimos fuera de la Isla de la Calavera, la gran madre nos salvó del gorila a todos, mujeres y hombres y como castigo por nuestra traición, nos engañó y nos obligó a olvidar nuestro real ser y sustituirlo por el monigote, el hombre trampa y además enfrentado contra la mujer, tan víctima como nosotros y que proviene de la misma isla.
Por tanto no estoy de acuerdo con la guerra de sexos, ni la feminista ni la masculinista, estoy a favor de la guerra de géneros, de ambos dos, juntos, "contra la perpetuación de La Capitanía y La Aduana".
La "revolución de los géneros", involucra a ambos géneros por igual, ya que varón-hembra, hombre-mujer, y los distintos roles que somos obligados a representar, no son más que escaramuzas del sistema para su propia perpetuación.
La partida de damas, necesita de colores contrapuestos, pero cada ficha es idéntica a la otra, hechas todas del mismo material y pintadas de distinto color y educadas para ser enemigos.
Pero un día, blancas y negras, se reconocerán, se respetarán y mirarán al cielo, buscando al culpable, al dueño del tablero que desde la lejanía vigila la partida mientras se enriquece a costa nuestra y sonríe.
* Rafael Simón Gallardo es médico y cuenta cuentos inveterado...














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