Del Sábado, 04 de Octubre de 2025 al Jueves, 30 de Octubre de 2025
Game over, Puigdemont

GAME OVER. Ha terminado el juego para Carles Puigdmemont, cuando parecía que iba a llegar al final de la partida y a conseguir las llaves de todos los reinos del viejo continente, la policía alemana le ha detenido cuando se disponía a atravesar las fronteras germanas. Iluso, y amparándose en el libre tráfico de personas, se creía invencible, intocable, irreductible.
Pero el todopoderoso y omnipotente President Puigdemont, acabó con la paciencia del calculador y paciente juez Llanera y el magistrado reactivó la euroorden de arresto para atrapar a todos los soberanistas prófugos de la justicia. Era cuestión de tiempo, el foco ya estaba encendido, el radar ya estaba rastreando cada uno de los rincones del orbe para dar caza a todos aquellos que atentaron no solo contra la nación española, sino contra los ciudadanos. Españoles, que perplejos, conocíamos media Europa gracias a que el turista Puigdemont visitaba los rincones más inhóspitos.
Viaje, que ha finalizado, su interrail particular por fin ha cesado. Después de meses danzando y zascandileando de aquí para allá, tendrá que volver a casa. Hogar, que será caliente, e igual de lujoso que su vivienda de Waterloo, pero no podrá salir de allí, deberá estarse quieto durante una larga temporada. Reflexionar, escribir o quién sabe si rezar. Así Junqueras podrá hacer apostolado con la oveja descarriada que ha llevado hasta el precipicio a toda Cataluña. El culpable de que 3.000 empresas hayan migrado de la región y de que miles de familias se destruyan, por fin pagara por lo que ha hecho, por fin estará en una celda y no en clase preferente de un avión.
Si hubiera sido valiente, esto no hubiera sucedido. Si en lugar de achantarse hubiera convocado elecciones como iba a hacer en un primer momento, no tendría que haber soportado el dolor de estar lejos de su familia, de su hogar, y de su en teoría amada Cataluña. Y digo en teoría, porque sinceramente, pongo en duda, señor Puigdemont, que usted quiera a esa República que tanto ha abocado en conferencias, conversaciones y en redes sociales. Si de verdad amara a Cataluña, no estaría escribiendo estas líneas, por la sencilla y llana razón de que nada de esto hubiera ocurrido. Ni usted ni ninguno de sus pupilos estaría detenido o exiliado, y Cataluña continuaría siendo una región próspera y plural.
Porque como dijo Inés Arrimadas en su sesión de investidura del pasado jueves, y digo suya porque todo el mundo sabe que Turull no era más que una marioneta de su voluntad como lo fue usted del señor Mas, si estamos aquí ahora, es por su culpa, es por su estupidez, por su egoísmo, por sus ansias de poder y por su insensatez. Imprudencia que ha guillotinado su propia cabeza. Tanto usted como yo, sabemos que su figura está muerta, obsoleta. Ha perdido toda credibilidad no solo como político, sino como comunicador. ¿Alguien se fiaría de un periodista que ha intentado convertir la mentira en verdad? No. Menos mal que ya tiene la vida resuelta, y que pese a estar ahora entre rejas, podrá vivir acomodadamente con su sueldo vitalicio de Presidente de la Generalidad. Dinero que debería utilizar para indemnizar a todos los españoles por los agravios ocasionados.
GAME OVER, señor Puigdemont.













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