Grito ciudadano

La gente está cansada, harta de que la tomen el pelo. De aquellos que les prometen el oro y el moro, el cambio, y, sin embargo, estos políticos de forma natural, pero de fondo embustero, vuelven a cometer los mismos errores y pecados que sus antecesores. Sus promesas, que, con el paso del tiempo, se transforman en traiciones al electorado, consignas que ya no son creíbles para cualquiera que tenga cierto sentido común. Recuperemos el seny, como dirían allá en Cataluña.

Lugar, de donde procede precisamente, el partido, que, en estos momentos, representa a la mayoría de los españoles, Ciudadanos. Porque no solo algunas encuestas, de las que yo nunca me fio plenamente, auguran una mayoría naranja en las próximas elecciones municipales en Alicante. Sino que, a la calle, a los ciudadanos, en los que sí creo, se les ilumina la cara al ver el color naranja en el horizonte. Un tono anaranjado que ha sustituido al verde como señal de esperanza. La ilusión de tener a los políticos que los españoles nos merecemos, esos gobernantes que siempre soñábamos tener. Aquel Kennedy, aquel Adolfo Suárez, caballeros que nos dejaron, que hicieron historia, y que desgraciadamente son la antítesis de los líderes que hemos tenido hasta ahora. Necesitábamos sabia nueva, jugo fresco, y lo hemos exprimido de la naranja.

Porque por mucho que el gobierno nacional hable de trigo en referencia a las pensiones, o de lentejas, refiriéndose al pacto de investidura cerrado con Ciudadanos. Estamos cansados de todo, hartos de que se crean de que nos chupemos el dedo. De que vivamos  siempre la misma historia, pero con distintos protagonistas. De que gobernara quien gobernara, tanto Partido Popular como PSOE ponían sus intereses cortoplacistas por encima de la nación española y de los conciudadanos. Ignoraban los medios, solo les importaba el fin y ahora escurren el bulto cuando tienen que hacer frente a las consecuencias de sus políticas y actos.

Efectos de sus estrategias, de las que se han percatado los ciudadanos. Ya no se callan, ya no cogen la papeleta por inercia, sino con sentido, ya no votan siglas, sino proyectos. He podido ser testigo de ello, en la carpa del pasado sábado que Ciudadanos estableció en pleno centro de Alicante. La gente te mostraba su malestar con la política tradicional. Como una mujer con el pelo teñido de rojo y con abrigo de piel rosa, “Espero que no nos defraudéis, estamos hartos del PP y del PSOE, son todos unos chorizos”, decía. Confesión de doble filo al sentirte alagado, pero, por otro lado, responsabilizado. Comprometido con dejarse la piel, ilusión por cambiar las cosas, por hacer que aquella mujer tan dicharachera se sintiera orgullosa de sus gobernantes. Dama, que representa a la España silenciosa, esa que ha sido engañada, maltratada y robada tanto por los rojos como por los azules. Una nación que ahora ve amanecer de nuevo, unos ciudadanos que ahora ven en el naranja su color, el tono, no del cambio, sino de la revolución.

Porque pintar la arteria principal de Alicante de naranja con globos y pulseras, no es casualidad. Los alicantinos están cansados de las Castedo, de los Echavarri…

* Jorge Brugos es Coordinador de Comunicación de Ciudadanos (Cs) en Alicante ciudad.