La Sanidad Pública y los nuevos retos

El aumento de la expectativa de vida en nuestro país está produciendo un nuevo fenómeno: las personas que tenemos alrededor de 50 años, llegaremos a vivir una media de 88 años, mientras que los que tienen 30 llegarán a vivir hasta los 90.

Esta buena noticia tiene en sanidad un efecto menos positivo: el aumento de la edad de la población supone un aumento de personas mayores que con sus enfermedades crónicas y pluralidad de patologías traerán un aumento de las necesidades sanitarias. Este hecho, unido a la disminución de personas en edad laboral por el menor número de nacimientos, se traducirá en una disminución del soporte social y económico para afrontar dichos gastos.

El sistema sanitario se enfrenta por todo ello a retos muy importantes: si deseamos seguir teniendo una sanidad pública como la que disponemos, debemos realizar cambios fundamentales: nuestro sistema de salud deberá desarrollar nuevas fórmulas de gestión más eficientes, lo que no implica privatizar la gestión, ni aplicar copagos a los pacientes, ni cargas económicas que aumenten la brecha social y que expulsen a las personas con menos recursos del sistema sanitario.

Se trata de mejorar la gestión de nuestra Sanidad Pública, de aplicar una gestión más responsable y justa. Nuestro modelo debe dar más importancia a la promoción de la salud y a la prevención, mediante la educación y la co-responsabilización de la persona enferma con su enfermedad. Además debe conseguir una intervención sanitaria precoz en todas las personas.

La expulsión de los inmigrantes del sistema sanitario pone a este sector en riesgo de enfermedades que posteriormente habrá que tratar, porque los pacientes acabarán yendo a urgencias. Este modelo de salud debe estar apoyado fuértemente en la medicina priaria y la salud comunitaria: es necesario organizar nuestro sistema asistencial en niveles, donde la mayor parte de los pacientes sean tratados por su médico de Atención Primaria y se reserve la atención por el especialista sólo en el momento en que aquel lo considere necesario.

El centro de la atención sanitaria debe situarse en el Centro de Salud. En este modelo de salud debemos estar conectados los pacientes, los profesionales sanitarios, los servicios sociales y también la comunidad:

- Primero, conectar los pacientes con los profesionales sanitarios. En este sentido, las enfermeras y los enfermeros de gestión de casos desarrollan su labor apoyando el plan de cuidados y tratamiento del paciente con múltiples patologías y al mismo tiempo sirven de apoyo al cuidador. Porque los pacientes que consiguen gestionar bien su enfermedad acuden menos al sistema sanitario.

- También la conexión entre los profesionales del sistema sanitario (médicos, enfermeros/as, psicólogos, etc) lo que permitirá establecer canales de comunicación entre la medicina primaria y la atención especializada de forma que cada profesional recibe la información médica del paciente que necesita y obtiene apoyo de los profesionales especialistas de cara a la toma de decisiones. En este sentido y promovido desde la Consellería de Sanitat venimos desarrollando guías clínicas de manejo de enfermedades como la guía de atención rápida del paciente con cáncer.

- Y por último es clave la conexión del sistema de salud con los servicios sociales que nos permita organizar a las personas que lo requieran con la prestación de servicios de carácter social, sanitario o sociosanitario en función de sus necesidades

Este modelo de salud debe priorizar los recursos en función de factores como la trascendencia social de la enfermedad, la prevalencia, la vulnerabilidad y el coste. Por ejemplo, acabamos de explicar que la población anciana es una población cada vez más prevalente, además vulnerable, con múltiples problemas de salud, hacia los que nos debemos dirigir de forma prioritaria. Todo esto nada tienen que ver con la rentabilidad, fórmula utilizada por la sanidad privada.

Concluyendo, debemos dirigirnos hacia la gestión óptima y responsable de lo Público, lo que no significa privatizar la sanidad. Los nuevos sistemas de gestión de las concesiones han demostrado no resultar más rentables para el Sistema Público sino todo lo contrario. Además el Sistema de Gestión Privada contribuye a la fragmentación de la asistencia Sanitaria Pública: no comparte información lo que dificulta que un médico conozca la historia clínica de cualquier paciente y además sus prioridades de salud muchas veces están más próximas a los intereses económicos de las empresas que a las necesidades de la población.

En este sentido, la Consellería de Sanitat de la Comunidad Valenciana viene realizando una apuesta clara por la Sanidad Pública: en primer lugar con un aumento de la inversión, que asciende al 33% del presupuesto de la Consellería. Con la firme defensa de la atención sanitaria integral de calidad, en condiciones de equidad y de universalidad como un derecho fundamental de toda persona. Con la eliminación del copago farmacéutico para pensionistas con menos ingresos o con discapacidad.

La Comunidad Valenciana se ha adelantado también a las indicaciones del plan estatal financiando la medicación de todos los pacientes con VHC aplicando el criterio de trascendencia del probema. En estos 3 años de trabajo se han recuperado muchos de los derechos sociales que se habían perdido como la estabilidad del empleo, con las recientes convocatorias de traslados y del concurso oposición que desde hacía años no se celebraban y la apuesta firme por una estrategia de concienciación del programa de detección de casos de violencia de género. Es prioritario mejorar el modelo asistencial público, porque como afirma el profesor Rafael Bengoa director del área de Salud de Deusto Business School y asesor de Obama en su reforma sanitaria: “la única sanidad sostenible es la Sanidad Pública Universal y de calidad” Estamos en el camino.

* Mª Pilar Santos Fuster es directora médica del Hospital Vega Baja de Orihuela. Máster en Bioética