Jueves, 30 de Octubre de 2025

Actualizada Jueves, 30 de Octubre de 2025 a las 15:29:33 horas

JORGE BRUGOS Viernes, 02 de Febrero de 2018

Una cama y un sillón

Tranquilo, no se alarme, esto no es una columna sobre interiorismo o relacionada con el nuevo catálogo de IKEA, aunque seguro que su protagonista lo habrá ojeado para decorar su nueva casa en Waterloo. La razón de este título, es que a Puigdemont le han hecho la cama y le han despojado de su sillón. Los suyos le han dado la espalda para salvar la causa secesionista, el “líder” que se creía inmortal, ha sido asesinado como lo fue Julio César con 23 puñaladas antes de entrar en el Parlamento.

 

Carles Puigdemont ha caído, el plan España, y no Moncloa, ha triunfado. Los independentistas se han visto obligados a prescindir de uno de sus argumentos para defender el secesionismo. El ex President ha pasado de ser un motivo, a ser un estorbo. Como si de un peso muerto se tratará, los soberanistas se han desprendido de él, apuñalándole por la espalda y controlando los tiempos para que pareciera que su persona era la elegida para liderar el nuevo rumbo del independentismo. Puigdemont, iluso, se tragó esa patraña, su estado de endiosamiento era permanente, creía que, sin su figura, el independentismo era inviable. Él era el único candidato, el único que podría guiar a la masa secesionista.

 

Por fin ha despertado, de una vez se da cuenta de que su figura no es omnipotente, sino que su nombre no es más que un engranaje de la maquinaria independentista. Un engranaje, que, al no funcionar, había que reemplazar. El hombre que se las daba de carismático, por fin se ha percatado de que su encanto era fruto de las circunstancias. Que lo que atraía a las masas no era su peluquín y su sonrisa pícara, sino la mera causa independentista. Los soberanistas le seguían porque les daba lo que querían, no porque creyeran en él. Si no, no le habrían insultado cuando en un primer momento, y estando todavía en nuestras tierras, iba a convocar nuevas elecciones. A un líder de verdad, no se le increpa por las decisiones que toma, simplemente se agacha la cabeza porque se cree que es lo mejor para el plan. Puigdemont un día era héroe y otro día era villano, cuando hacia lo que la masa quería, recibía vítores y alabanzas, cuando este se desviaba del plan y retrocedía, el dios se convertía en satanás. 

 

Puigdemont nunca ha sido un líder, por algo, siempre que utilizo este adjetivo para referirme a su nombre, lo entrecomillo. Este no era más que una marioneta controlada por Mas, que, como Pinocho, se convirtió en un niño de verdad. Un muchacho rebelde y caprichoso que se dejaba llevar solo por las emociones y no por la lógica. Un adolescente con cuerpo de adulto. Niño con aires de grandeza, que creyéndose invencible, sobrepuso su figura a la independencia. Yo o la destrucción. Al final, ni él, ni el caos han aparecido. Lo importante no es la forma o la cara que lidere el plan, lo relevante es el fondo, la causa del proyecto. Pese a su carisma, ni su maestro Artur Mas le libraron del veto de la CUP.

 

Por mucho que cambien la cara. Por más que elijan a Junqueras, Jordi Sánchez, o incluso a Rufián, con el que nos echaríamos unas risas, la causa secesionista no parará, porque su nacionalismo no está cimentado en un líder carismático como ocurría en Alemania, sino en un entramado constituido por piezas, no por personas. 

Etiquetada en...

Comentarios
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.123

Todavía no hay comentarios

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.