Atrápame si puedes

Como en la película “Atrápame si puedes”, en la que, Frank Abagnale Jr, interpretado por Leonardo DiCaprio, va dando tumbos por el mundo mientras realiza fraudes bancarios mediante la utilización de cheques a la par que desafía al agente del FBI Carl Hanratty, al que da vida Tom Hanks. Carles Puigdemont hace lo propio. Mientras el Gobierno Español permanece de brazos cruzados con la orden de arresto de la justicia doméstica sobre la mesa, el ex President está haciendo un tour por Europa y desafiando al Estado.

La decisión del juez Llanera de retirarle la orden de arresto internacional, fue acertada. Pero, la Ley, pese a que sea el argumento de más peso con el que contamos los constitucionalistas, no debe de ser la única arma en la que debemos ampararnos. No podemos permitir que un turista con complejo de preso nos tome el pelo. Un día se va a Bélgica a comer coles en Bruselas, otro a Rumania a ver a sus suegros, y ahora emprende una nueva aventura a tierras de los vikingos para hospedarse en Copenhague. Pero… ¿Qué pinta en Dinamarca? A hacer turismo no, desde luego. Pretende intentar de nuevo internacionalizar el conflicto catalán y recabar apoyos de algún político danés iluminado. Proseguir con su ronda de consultas supranacional para darle vida a un ya casi extinto fuego soberanista. Como el protagonista de “Atrápame si puedes”, Puigdemont pretende instaurar su fraude particular haya donde vaya.  

Un nuevo destino, Dinamarca, que tiene gracia. El político menos liberal, buena prueba son las cuatro líneas que ocupa la declaración de Derechos de la Constitución Catalana, desembarca en una de las cunas del liberalismo moderno. En el lugar donde la administración controla en menor medida la educación y otros ámbitos sociales, aparece el hombre que adoctrinaba a los niños en los colegios e institutos. Libertad, contra represión. Democracia versus dictadura. Espero que para lo único que le sirva a Puigdemont su escapada a tierras nórdicas, sea para percatarse de lo que representa la auténtica soberanía popular. Una democracia que reside en naciones como España y Dinamarca, no en su Régimen dictatorial catalán. Una “nación” catalana, que nunca existirá, y nadie la reconocerá, puede remover tierra, mar y aire, pero ningún gobernante con sentido común aceptará su espejismo esperpéntico.

Porque sentido común, es lo que les falta a los independentistas, no solo a los dirigentes de la causa, sino a las ovejas que siguen a su pastor enloquecido y apechugan con cualquier movimiento que este tome sin preguntarse el por qué ni el cómo de la estrategia escogida. ¿Cómo lo hace señor Puigdemont? ¿Cómo consigue costearse tanto viaje a los lugares más exóticos del viejo continente? No creo que le hayan regalado un pack especial viajes por Navidad, aunque corríjame si me equivoco, a veces el de rojo, y no me refiero a Pablo Iglesias, se pone muy generoso. Sinceramente, creo que todo el dinero que usted está utilizando para pegarse la vida padre viene de los bolsillos de todos los catalanes. Que ilusa, la masa secesionista, que aplaude las acciones de las siglas y del político que les está robando. Porque, aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Porque por mucho que cambie el nombre a su partido, este sigue manteniendo la estructura podrida del 3%.