Aunque el mono se ponga peluca, solo se queda

D. Carlos estaba en la sala de espera de su hotel, había leído los periódicos del día con los últimos acontecimientos sucedidos en su Cataluña, la única nación a la que él pertenecía y amaba. La nación de la que él sería siempre President, el único digno de serlo a pesar del ataque enloquecido de la España sucia y dictatorial que le había apartado de sus sagrados cometidos con falsedades y artilugio leguleyo de fatídico número 155.

Estaba esperando la llegada de 007-Cat, el mejor agente secreto al servicio de la República Catalana, en trámite para obtener la licencia para matar pero que había suspendido por no hablar el catalán. El agente era un charnego, nacido en Albacete pero fiel a la causa y sobre todo muy eficaz.

007-cat había sorteado a los agentes de la corrupta España para traerle las decisiones de la reunión ejecutiva del PDECat por el intento de que el fuera el próximo President de la Generalitat.

Entró una extraña mujer con melena rubia y se sentó a su lado, le guiñó un ojo. D. Carlos Puch del Monte le contestó irritado que no le molestara, que estaba esperando a alguien importante y no tenía tiempo para coqueteos, la mujer se levantó sonriente, se quitó el abrigo, Voldemort se sorprendió al reconocer que debajo del abrigo había un hombre, éste se retiró la peluca y apareció una brillante calva. Buenas tardes President, dijo con acento manchego, soy el agente 007-cat. D. Carlos se sintió anonadado, recordó a D. Santiago Carrillo cuando volvió a España con peluca rubia para después reflotar al PCE, que gran inteligencia la de su servicio secreto, que disfraz más sublime sobre todo para pasar la frontera hispano-francesa sin ser reconocido.

El agente le comentó que en la última reunión del PDECat habían decidido que no podía presentarse a la presidencia de Cataluña, que los abogados del Parlament así lo han puesto por escrito, no es legal y que nadie de los héroes de la República se atreve a llevarles la contraria sobre todo después de comprobar lo que les ha pasado a los que antes lo hicieron y después terminaron en la cárcel. D. Carlos, le contestó que él ha prometido a los catalanes  «Si me votas y gano, vuelvo y restituyo el Govern legítim» , pero no ha ganado, repuso el espía. La otra opción de «Puigdemont o eleccions» tampoco tiene mucho sentido. No tiene ni siquiera el apoyo de los otros independentistas.

Querido agente, respondió el político después de pensar unos minutos, vas a proponer lo siguiente. Yo saldré de Bélgica vestido de mujer, fea, pero mujer con gafas al fin y al cabo, así nadie me reconocerá como tú has demostrado que se puede hacer. Entraré en la España opresora de forma sigilosa para llegar a la nación catalana, pediré asilo en la Embajada Venezolana en Barcelona, como el terrorista ese de la informática ha hecho antes, así podré dirigir los destinos de nuestra república desde casa, incluso podré dar discursos desde el balcón de la embajada al pueblo catalán y no me podrán detener. Sal ahora mismo con la idea y díselo a los héroes de nuestra república.

El manchego se levantó despacio y salió del hotel. Su cara expresaba sorpresa. Recibió una llamada al móvil secreto del agente secreto, valga la redundancia, escuchó atento para terminar contestando" como una cabra, como una cabra está, cambio y corto".

Llamó a un taxi y desapareció en el tráfico de la ciudad.

D. Carlos se quedó en el Hotel, más sereno y tranquilo  por su gran idea que ahora tenían que implementar sus compañeros y así poder volver a España y no ser detenido y ser otra vez President.

Pero nadie le visitó más, quedó solo esperando respuestas recordando que a Carrillo le fue mejor.

* Rafael Simón Gallardo es médico y cuenta cuentos inveterado...