Viernes, 14 de Noviembre de 2025

Actualizada Jueves, 13 de Noviembre de 2025 a las 22:10:03 horas

RAFAEL SIMÓN GALLARDO
RAFAEL SIMÓN GALLARDO Lunes, 11 de Diciembre de 2017

El alcalde monaguillo, la rana y el escorpión, la cuñada funcionaria y el bombo de lotería

Oigan ustedes, la suerte de las noticias del día a día es que fraccionan la realidad y no somos conscientes del nivel medio de hematocrito cerebral hasta que las unimos todas y entonces se manifiestan en su máximo esplendor. Y si no, véanlo ustedes, oigan la siguiente historia;

 

D. Gabriel Echávarri decía que era honesto y además exigía que todo aquel que no lo fuera dimitiera de sus cometidos. Lideraba una formación que se presentaba limpia y pura, todos vestidos de traje de primera comunión, con la mirada iluminada al cielo con sus trajes de marineritos y monjitas, decía cosas como la que sigue para evitar la corrupción en los contratos públicos; "establecer un protocolo de prevención de la corrupción, con doble firma de funcionarios para cada contrato público y con más peso para los criterios objetivos en los concursos públicos".

 

Llegó a la alcaldía pactando con partidos de difícil cohabitación y la motivación que les unía a todos fue desalojar al anterior inquilino porque según todos, los ciudadanos no merecían dirigentes corrompidos independientemente de que los corruptos, fueron la lista más votada pero hay ocasiones en las que la ciudadanía se equivoca.

 

La cohabitación de los tres partidos fue imposible, no estaban de acuerdo en nada, empezaron los problemas y enfrentamientos internos. La alcaldía se dividió en tres partes independientes, cada una hacia la guerra por su cuenta, cada concejalía tenía el signo de quien la dirigía y la junta de gobierno ni era junta ni por supuesto  gobierno. La relación de las tres partes fue muy difícil. Pero claro, pasa como en el "chiste de la rana y el escorpión" que al final el escorpión le pica diciendo "es que soy un escorpión".

 

El alcalde se fue diluyendo, en el debate del estado de la ciudad de hace 1 año ni abrió la boca. ¿Para qué? Pensaba, tengo que evitar tragarme a la rana muerta y al escorpión así que la boca bien cerradita.

 

Un día, los ciudadanos se enteran que D. Gabriel no era tan monaguillo como parecía ni tan limpio como se presentaba, El Sr. Barcala de la oposición desplazada y supercorrupta previa, le denuncia por el hecho de haber facturado más de 150,000 euros en 25 facturas a determinadas empresas olvidando el protocolo de doble firma que el mismo aconsejaba a todo cristo para no llegar al mínimo de dinero que obligaba a hacer pública las adjudicaciones y así dar las pasta a quien le interesara, todo por el bien de los ciudadanos claro. La jueza vio que el asunto era punible y siguió para adelante.

 

Sus compañeros de pacto exigieron en ese momento que dimitiera pero el dijo que no había robado como hacían los de antes y que se seguía sacrificando para no permitir que los corruptos volvieran. Gran sacrificio. Uno de los tripartitos abandona la alcaldía y el otro pone fecha a su salida.

 

Una noche, tras una subida de tensión arterial y un momento de euforia política por no decir demencia, decidió despedir a Dña. Catalina, funcionaria interina del ayuntamiento que según sus expertos estaba contratada de forma irregular. Hasta aquí todo bien, la ley es la ley y hay que cumplirla, el problema era que esta funcionaria era la cuñada del Sr. Barcala, su denunciante. Mi padre decía que la casualidad no existe y evidentemente no existe. El despido fue en plan Vito Corleone, "si tu me tocas los cojones, yo le toco los tacones a tu cuñada" y a "buen entendedor...".

 

D. Gabriel pensaba que con esto todo el mundo se iba a apaciguar. El Sr. Barcala se tranquilizaría, sus compañeros de tripartito se darían cuenta del poder y valor del alcalde y pasarían por el aro, los ciudadanos quedarían asombrados por su alto nivel de estadista.

 

Y es verdad, la ciudadanía quedó asombrada al enterarse que su alcalde volvía a ser denunciado por segunda vez por el despido de Dña. Catalina.

 

El alcalde entró en catatonia, hablaba poco y pensaba menos. Sus antiguos socios y la 'corrupta oposición' en coincidencia fatídica y sin que sirva de precedente, le exigen un debate urgente sobre el estado de la ciudad. En esta coyuntura, decide programar el debate el día del sorteo de la Lotería de Navidad. Con suerte, piensa, nadie se dará cuenta porque estará toda España pendiente del bombo de lotería y no de los problemillas del terruño y además, cabe la posibilidad de que el gordo le toque y pueda salir corriendo a una isla paradisiaca.

 

Acto seguido, el último socio del tripartito abandona el pacto.

 

Ahí queda solito el alcalde, sentado en su sillón de mando de fieltro rojo y limpiándose las uñas con la vara de mando, sin apoyos, con los seis concejales de su partido en muerte cerebral, en una corporación de veintinueve, con amnesia de las clases de aritmética básica que seguro recibió en la EGB para impedir que los corruptos expulsados recuperen la vara de mando que el con tanta fuerza agarra.

 

Después de leer lo escrito, estarán conmigo que Berlanga no ha muerto y que este es el guion de su próxima película que tendrá por título; "el alcalde monaguillo, la rana y el escorpión, la cuñada funcionaria y el bombo de lotería".

 

* Rafael Simón Gallardo es médico y cuenta cuentos inveterado...

Comentarios
Comentar esta noticia

Normas de participación

Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.

Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.

La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad

Normas de Participación

Política de privacidad

Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.43

Todavía no hay comentarios

Con tu cuenta registrada

Escribe tu correo y te enviaremos un enlace para que escribas una nueva contraseña.