Día Sábado, 22 de Noviembre de 2025
Polaridad catalana

Jordi y Carme, una pareja feliz que tras 20 años de casados han tenido que romper su aparente indestructible vinculo por razones políticas e ideológicas. Él no concibe una Cataluña sin España o una España sin Cataluña, la región y el país están y deben permanecer unidos hasta el fin de los tiempos. Ella, sin embargo, ha caído en las fauces del independentismo, ha sido engañada por las mentiras del Procés, considera a los españoles, como dice Els Segadors, los invasores con los que hay que acabar. Dos personas, dos puntos de vista, dos maneras de ver su nación, una pareja que ha se hundido como consecuencia del conflicto secesionista.
Porque pese a que los nombres de esta historia son inventados, lo cierto es que esta situación, de invención y de historia tiene poco. Hechos como este suceden y ocurren cada dos por tres en Cataluña. Las ansias soberanistas no solo se han llevado por delante la Constitución española, sino también familias enteras. La legalidad no es lo único que ha sido destruido, el amor de algunos también. Una hostilidad y rivalidad que no se había vivido en nuestras fronteras desde la Guerra Civil.
Los cuñados ya no son solo pesados, también son defenestrados como consecuencia de su perspectiva. Árboles genealógicos que han arrancado parte de sus raíces por mera política o ideología. Como en la Guerra Civil, el vecino del quinto que piensa diferente, es un enemigo, un rival, alguien con el que hay que acabar. Todos los que no son independentistas deben de ser marcados a fuego, vetados y acosados hasta que estos se rindan y se consiga conquistar su mente, su opinión. Y los que no cedan, deben de ser humillados públicamente con carteles y con pintadas. Todo vale en la causa secesionista. Todos los que no apoyen el objetivo separatista son enemigos del pueblo, del Govern.
Situación que me entristece y me hace preguntarme si de verdad hemos evolucionado. Si hemos aprendido de nuestros errores, del conflicto armado que transformo a los hermanos en enemigos y a los familiares en verdugos de sus allegados. Los que olvidan la historia suelen cometer los errores del pasado. Una memoria que no solo es ignorada por los independentistas catalanes, sino que es inventada y manipulada. Transformada a su antojo para justificar un fin que ha polarizado la sociedad catalana. Una dualidad que ya sabemos cómo acaba en muchas ocasiones. Del insulto se pasa al puñetazo, y de este a las armas.
No sé ustedes, señores independentistas, pero yo no quiero otra Guerra Civil, las segundas partes nunca fueron buenas. Están a tiempo de dar marcha atrás en su escalada hacia el caos y sentarse a dialogar pensando en todos sus conciudadanos, no solo en los de su lado. Gobiernen para el pueblo y no para la causa, luchen por la justicia y no por la arbitrariedad.
*Imagen: Concentración en Barcelona (TV3).













Trini | Miércoles, 27 de Septiembre de 2017 a las 11:59:42 horas
La formación de Albert Rivera siempre ha tenido claro su posicionamiento político sobre Cataluña. Para la formación naranja la principal herramienta para garantizar la paz social en una sociedad moderna es la legalidad democrática. Si bien "hoy España es una sociedad democrática" vive "permanentemente amenazada por los nacionalistas e independentistas".
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