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REDACCIÓN Jueves, 22 de Septiembre de 2016

LLUVIAS TORRENCIALES

Cómo evitar problemas por la gota fría en tu vivienda

El estado de mantenimiento del hogar puede hacer que las lluvias torrenciales del inicio del otoño queden en una anécdota o se conviertan en una catástrofe.

Cuando el verano llega a su fin, con la bajada de las temperaturas y el atardecer cada vez más tardío, es habitual que aparezcan, a veces hasta por sorpresa, lluvias torrenciales. Septiembre es el escenario recurrente para esas descargas de agua rápidas e intensas que, en ocasiones, provocan desperfectos por la fuerza con la que caen en la provincia de Alicante.

 

El estado de mantenimiento de una vivienda es lo que marca la diferencia entre que quien está dentro lo sufra o no: con revisiones periódicas, la lluvia puede ser la banda sonora idónea para disfrutar de la intimidad del hogar; si hay algún elemento de la casa en un estado desperfecto, las filtraciones pueden causar estragos en el interior del inmueble. Revisando anualmente (a ser posible durante los meses de verano) determinadas partes de la vivienda, pueden evitarse los dolores de cabeza y algunas fregonas de más.

 

Según explica Grupo BDI, empresa de referencia en la rehabilitación de viviendas en Alicante, una de las partes fundamentales en estas revisiones es la carpintería: un gesto tan sencillo como cerrar la ventana antes de abandonar la vivienda puede salvarnos de más de un disgusto. El tiempo cambia muy rápido en esta época del año, por lo que aunque al salir de la casa no parezca que vaya a llover, es preferible curarse en salud. En cuanto a su mantenimiento, hay que revisar concienzudamente juntas de goma –uno de los lugares favoritos del agua para colarse en las casas–, así como los sellados de carpintería en puertas y ventanas. Y, por supuesto, tener el toldo recogido por lo que pueda pasar.

 

Cubiertas y patios son otros elementos importantes y, además, los grandes olvidados. Al ser zonas habitualmente menos frecuentadas en las viviendas, su estado puede deteriorarse e incluso su limpieza estar descuidada. Hojas secas, bolsas de plástico y otros residuos pueden obstruir fácilmente sumideros y provocar desbordamientos de agua en caso de lluvias.

 

“Una sencilla inspección, acompañada puntualmente de mantenimientos preventivos, puede evitar esta problemática. Aparte del daño que pueda provocar el agua que haya caído, ésta puede llevarse por delante otros elementos como tejas u otros objetos que no estén anclados, con el riesgo que implica para quien pueda encontrarse en el lugar equivocado en el momento menos oportuno”, explica Daniel Rodríguez, jefe de ingenieros de Grupo BDI.

 

PELIGRO EN EL SUBSUELO

 

Las zonas que están bajo el nivel de la superficie son especialmente vulnerables en caso de fuertes lluvias. Garajes y sótanos son lugares en los que es conveniente extremar precauciones y en los que es altamente frecuente sufrir inundaciones: disponer de una bomba de achique en puntos bajos puede ayudar a minimizar los daños, aunque no evitaría que el agua entrase. Las bombas deben ser diésel o gasolina, pues los sistemas eléctricos pueden fallar en caso de haber algún corte de luz, habitual durante los días de gota fría, y estar en buen estado de mantenimiento y puesta a punto.

 

En días así, lo mejor es evitar aparcar el vehículo en aparcamientos subterráneos. También a ese nivel suelen estar los cuartos trasteros de muchas viviendas. En ellos, cualquiera que sea la pertenencia que se almacene, nunca debe estar ras de suelo. Si el agua se colase, echaría a perder cualquier cosa que se encontrase en su camino. Para evitarlo, estantes y colgadores pueden ser una buena idea.

 

Los cortes de electricidad son un habitual en días de gota fría. Estas lluvias torrenciales, muy habituales en el Levante español y especialmente en la provincia de Alicante, pueden provocar cortes de electricidad que afecten a muchos elementos, pero que pueden volverse especialmente sensibles en uno de ellos: el ascensor. Siempre que sea posible, convendría utilizar las escaleras para evitar un inoportuno apagón que dejase la cabina suspendida y a sus ocupantes atrapados hasta que la incidencia quedase solucionada, algo que podría no ser demasiado temprano teniendo en cuenta la sobrecarga que equipos de rescate y emergencias viven en épocas así.

 

Otro foco de peligro puede encontrarse en el exterior de los inmuebles, pero afectar también a sus ocupantes. Jardines y zonas verdes son el hábitat de árboles, plantas y arbustos que, si no están sólidamente plantados o están muy inclinados, pueden caer al reblandecerse la tierra en exceso.

 

La vuelta del verano es, además del caldo de cultivo perfecto para la gota fría, un momento que muchas familias aprovechan para, tras las vacaciones, realizar reformas en el hogar para encarar la llegada del frío. Si la lluvia sorprende con una obra a medias, el material puede sufrir daños e incluso quedar inservible.  Previsión, anticipación, y precaución son básicas para evitar que zonas expuestas o material sensible queden desprotegidos, concluye Grupo BDI.

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