Lágrimas en la lluvia

"Yo... he visto cosas que vosotros no creeríais: Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán... en el tiempo... como lágrimas en la lluvia”.

Yo también he visto cosas que vosotros no creeríais. He visto políticos entrevistados que responden con un sí o un no a la pregunta, en plena campaña electoral. He visto funcionarios tratar amablemente a ciudadanos y perder tiempo de descanso para ayudarles a resolver su problema. También los he visto cumplir el horario de trabajo completo. He visto médicos informar tranquilamente a sus pacientes de su dolencia, sin términos complicados, y escucharles sin apremio. He visto jueces pedir disculpas por el retraso acumulado, valorando el tiempo de los demás, y dar explicaciones y hasta pedir disculpas por las suspensiones de las vistas a los citados que acudieron, emplumando a los que no. He visto a maestros más preocupados por la formación humana de sus alumnos que por su rendimiento académico. He visto abogados rechazar casos por tener clara la culpabilidad de su cliente y decírselo a la cara y hasta oponerse a pagos en dinero negro. He visto a contratistas de obra terminar las mismas en plazo y cumpliendo presupuesto.

Pocas veces, pero lo he visto. He visto compañías telefónicas dar de baja líneas con una sola llamada, en menos de cinco minutos. He visto empleados de banca explicar productos financieros con toda claridad y aconsejar no suscribirlos. Menos que contratistas. He visto periodistas objetivos informando, no opinando, a excepción de los deportivos, eso no lo he visto ni confío verlo. He visto fontaneros, electricistas y albañiles facturar pequeñas reformas y aplicar el IVA. También los he visto que no achacan el problema al oficio o reforma anterior. He visto técnicos de lavadoras no culpar a la cal del agua (ni en los anuncios). He visto mecánicos quitar importancia a la avería, tranquilizar al cliente y olvidarse de la junta de la culata o la trócola.

He visto vendedoras de ropa resistiéndose a vender lo que afea a su cliente, sacrificando su comisión de venta. He visto restauradores retirar una carne más hecha de lo pedido con una sonrisa en los labios. He visto camareros atendiendo mesas que no les corresponden. He visto conductores reconocer su culpa y pedir perdón a otros por una maniobra inadecuada o no respetar preferencias de paso. He visto enfermeros llamar a la puerta de la habitación (de verdad), y tratar delicadamente a los pacientes, sin prisas. He visto niños jugando al futbol mientras sus padres no gritan al árbitro, ni le insultan, y a otros afear la conducta de quienes lo hacen para sufrimiento de sus hijos. He visto inspectores de hacienda con corazón y alma. He visto familias que devuelven la ropa y cosas que no son de los suyos y que otro da por perdida. He visto adolescentes enganchados al móvil ceder su asiento a ancianos.

Es más, he llegado a ver adolescentes sin móvil sonriendo. He visto a los mismos jóvenes conversar con sus amigos en lugar de enviarles mensajes y a amigos llamarse por teléfono olvidándose de facebook o twitter. He visto gobernantes cumplir sus promesas electorales y rechazar regalos. He visto suegras y suegros apoyar a nueras y yernos frente a sus hijos. He visto cuñados silentes comportarse como hermanos, y hermanos voceras tratarse peor que cuñados. He visto parejas separadas tragar bilis por el interés de sus hijos aparentando normalidad. He visto familias unidas tras el reparto de una herencia. He visto (y oído) operadoras comerciales que no insisten cuando les dices que no estás interesado. He visto cafeterías donde pides café corto, con leche fría, del tiempo, en vaso, en taza grande, con sacarina, etc., y…..te lo sirven. He visto empleados de sanidad, hacienda, ayuntamiento, catastro, industria y justicia que te saludan, te tratan cortésmente y evitan que tengas que hacer otro viaje al mismo sitio o a otro compañero. He visto poner gin-tonics sin granos de café, cúrcuma, pepino, esencia de fresa ni papaya. Por eso, y por mucho que te admire Nexus-6 (Rutger Hauer), creo que te has quedado corto.