La divina Tragedia
Últimamente he perdido la capacidad de reír y sospecho que en breve y, si no se pone remedio que no tiene pinta, me abandonará la de sonreír y hasta la de hacer muecas de medio lado. Me da pánico llegar a ser careta de tragedia griega con las comisuras de los labios y los bordes de los ojos apuntando al Sur. No es para menos sino para Más.
Si hace meses, antes del letárgico verano, rondábamos como Sioux enfervorizados la caravana del desastre financiero griego, temiendo por nuestro bienestar económico y el de nuestros hijos, la imagen del hijo de alguien de cuatro añitos de edad ahogado frente a la playa turca de su “liberación” nos arreó el primer golpe serio de tristeza existencial. Ese pequeño es la cara de una gran tragedia que no queremos ver y menos representar. Preferimos a Messi y a Ronaldo en su teatro de pomposa rivalidad (apostaría a que les obliga el contrato) rodeados de riquezas y lujos alejados de nuestro alcance. Preferimos a dos concursantes en pelotas o a concursantes pelotas hablando de banales infidelidades, promiscuidad juvenil y problemas insustanciales. Y seguimos voluntariamente ciegos, sordos y mudos.
Una avalancha humana llama a nuestras puertas y abandonamos mentirosos principios de acogida y libertad levantando vallas, cancelando caminos y reinstaurando fronteras. Olvidamos el largo camino del éxodo obligado de ancianos impedidos, niños asustados y más asustados padres manteniendo el tipo para darles serenidad, aguantando hercúleamente la bóveda del mundo. De su mundo desmoronado. ¿De verdad confiamos en que la Unión “Económica” Europea haga algo decente?. No, no me he equivocado. Por lo menos inicialmente su nombre no engañaba. Unión de intereses económicos reguladores de un Mercado Común en beneficio de sus Mercaderes para que los Shylocks del viejo continente cobren su libra de carne. Simple forma de proteger negocios maquillados de derechos ciudadanos que desaparecen ante el mínimo txirimiri que los empape. La humanidad está sufriendo una grave crisis económica, pero mucho más moral.
El Faro de la Humanidad, los países que pretenden liderar el viaje ya no existen. Han sido sustituidos hace tiempo por Fondos de Inversión para los que las desgracias humanas son meros bytes de información a sumar al análisis matemático predictivo del Big Data en sótanos secretos. Las instituciones (con minúscula por falta de respeto), escenarios tras los que se esconde la verdadera realidad. Los líderes, nacionales o mundiales, actores de reparto de una situación ajena a su círculo. Mientras, la minoría económica es la productora, guionista y directora de la película. Ninguno de ellos, o sus hijos, empuñará un arma en defensa de falsos ideales religiosos o morales. Tampoco se verán llevando a su familia por caminos embarrados y durmiendo al raso mendigando alimento para sus ancianos y niños para verse luego rechazado por sus semejantes. Ninguno de ellos cambiará de vida pase lo que pase, pero siguen llenándose la boca de palabras vacías, solidaridad, ayuda, apoyo, nacionalismo, independencia. Aleccionan a las masas con consignas pegadizas sin fondo, enfrentando a hermanos en su propio y consciente beneficio. Vacíos de moral, crean y deshacen alianzas con acérrimos enemigos a conveniencia del momento y objetivo.
Sustitutivos actualizados de los matrimonios de conveniencia medievales. Superan a Maquiavelo, el fin no justifica sino fija y determina los medios. Narcisos enamorados de sus imágenes sonríen frente a las cámaras mientras el drama planea sin peligro de ahogarse en el estanque de su ambición. No llegarán ni a mojarse mientras que otros se hundirán a plomo. Exodos religiosos, desesperadas huídas de la miseria y hambre, insostenibles derivas nacionalistas son naipes de una partida jugada con dinero ajeno en la que jamás pierden. Nunca se han encallado las manos con pico y azada y nunca lo harán, para eso estamos el resto. Siento vergüenza de ellos y lástima por quienes siguen ciegamente sus directrices. ¡Tomemos conciencia de que sin nosotros no son nada, nos necesitan para construir su mundo virtual!. Si tanto disfrutan manejando hilos que jueguen al Monopoly, Risk, Stratego o su equivalente digital en la PS, XBOX o WII. Siempre he sabido que iré al Infierno y me encontraré allí con grandes amigos perdidos por el camino pero pensé que sería por mis pecados y no por otra cosa. “Los lugares más sombríos del Infierno están reservados para aquellos que mantienen su neutralidad en épocas de crisis moral” La Divina Comedia. Dante Alighieri.
*Enrique Vila es abogado. Fundador del despacho Romiel y Vila Abogados



















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