Del Sábado, 04 de Octubre de 2025 al Jueves, 30 de Octubre de 2025
Jodida buena memoria
Tengo una memoria extraordinaria, por suerte o por desgracia. De ésas fotográficas y que de selectiva tiene más bien poco. A ella he de agradecerle que me hiciera más fácil la vida de estudiante. Pero a cambio no permite que me libere de muchos lastres del pasado que debo cargar a mis espaldas y de los que no me puedo deshacer por más que insista. Uno de ellos me acecha esta semana: concretamente la fecha del 18 de abril. Tal día como ése hace ya algunos años (me vais a permitir la coquetería que no diga cuántos) unos besos pusieron mi vida completamente del revés y aún estoy buscando la verticalidad.
Puedo describir segundo a segundo aquella noche, desde que salí de trabajar hasta que recibí su sms diciendo que había llegado bien a casa. Y en medio una verdad a medias que pagué muy cara: "Yo tampoco quiero domingos por la tarde". De verdad que deseaba que fuera así y al decirlo en alto me lo creía más, pero mentía porque en el fondo sabía que no sería capaz. Consejo: hay que ser conscientes y consecuentes con nuestras limitaciones, vamos "Manolete, si no sabes torear, pa' qué te metes". No es la única cruz que me ha impuesto como penitencia mi memoria, unas son más livianas que otras, pero todas perpetuas.
Cicatrices que se remueven cíclica y esporádicamente: Cada vez que limpio el teléfono me tiembla el cuerpo recordando la manía que le entró con eso a mi madre cuando estaba ingresada en el hospital; fue un viernes antes de cenar (y ver "Sensación de Vivir") cuando con 11 años mis padres me dijeron que al curso siguiente ya no iba a estudiar en mi colegio porque nos trasladábamos de Madrid a Alicante; que fue bajando por unas escaleras mecánicas de una tienda la primera vez que vi a J; que aproveché antes de entrar a visitar a una clienta a la entrada de Mutxamel para llamar a la clínica que me explicaran el tratamiento que iba a seguir y que nunca funcionó, que mi "amor" (que no novio) de la universidad bebía Cutty con Seven Up...
Pero también puedo recrear buenos recuerdos que me dan fuerza y me sacan una sonrisa cuando más lo necesito: las veces que mi padre jugaba conmigo haciendo de Fuyur (el dragón blanco de la suerte de "La historia interminable"), los chupitos con los que brindábamos en "La Universal" del Zig Zag, el año de COU (entero), las cenas de Navidad de Princesos y Princesas, los bailes familiares de "la pelusa"... ¡Ay, memoria mía, no me falles nunca! *Rosa Sánchez es periodista. Máster en Dircom y en Marketing de Moda y Belleza. Especialista en Redes Sociales.
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