No habrá deporte para los violentos

La muerte de Francisco Javier Romero Taboada, seguidor radical del Deportivo de la Coruña, ha puesto de manifiesto uno de los graves problemas existentes en el deporte español, en concreto en el mundo del fútbol. El movimiento 'ultra' se ha cobrado una nueva víctima como consecuencia de la batalla campal entre aficionados violentos de los 'Riazor Blues' (extrema izquierda) e integrantes del Frente Atlético (extrema derecha), grupo de seguidores más peligrosos del Atlético de Madrid.

La cuentas pendientes entre ambos grupos parece ser una de las causas del enfrentamiento. La pelea se produjo a primera hora de la mañana del domingo pasado y el resultado de la reyerta dejó, además del fallecimiento de Francisco Javier, un total de 21 detenidos para un disturbio en el que hubo más de 200 implicados. La cita de estas dos bandas 'ultras' desconcertó a la propia policía, que declaró el partido de “riesgo bajo” al no existir un informe al respecto de gran peligrosidad.

Fue en ese vacío policial donde los radicales se movieron como peces en el agua para verse las caras. Sin filtro de seguridad todo valió. El día ya era gris, pero en ese preciso instante empezó a cambiar a negro. Una tormenta de mesas, sillas, palos, hierros, navajas...la pelea de la vergüenza se produjo al lado del Manzanares, justo donde fue lanzado Francisco Javier por los radicales del Atlético y de donde fue rescatado por el cuerpo de policías y bomberos de la Comunidad de Madrid con síntomas de hipotermia, traumatismo craneal y parada respiratoria. Antes le habían cosido a palos.

A diferencia del F.C. Barcelona y el Real Madrid, ni Deportivo ni Atlético han hecho los deberes en lo que a la lucha contra la violencia se refiere. Las declaraciones de Enrique Cerezo, Presidente del Atlético de Madrid, echando balones fuera y desentendiéndose del incidente demuestran las carencias en la gestión de un club que desde hace mucho tiempo mira para otro lado en este tema. Los violentos llevaban bufandas de uno y otro equipo y muchos de ellos siguen yendo al estadio como si tal cosa. En el Camp Nou y en el Bernabéu ya no tienen cabida. La falta de entendimiento entre la LFP y la RFEF para suspender el partido tras el incidente es otro de los puntos calientes que dejan 'con el culo aire' a nuestro fútbol.

Y de aquellos polvos...estos lodos. La falta de determinación y de mano dura contra la violencia genera más violencia. Al Altético le ha salido un grano en el culo que se ha infectado tras mucho tiempo sin aplicar curas. Y es que el Frente Atlético ya protagonizó otro altercado parecido en diciembre de 1998 en el que falleció un aficionado de la Real Sociedad. Su nombre era Aitor Zabaleta y viajaba con su novia de forma pacífica para ver a su equipo disputar un partido de Copa de la UEFA contra el conjunto madrileño. Aitor recibió una puñalada directa al corazón a manos de un “cabeza rapada” que portaba una bufanda del Atlético de Madrid. Un grupo de 10 hinchas del club madrileño se mofó de ellos horas antes del partido y empezaron una pelea que terminó también en tragedia.

Las dos muertes guardan muchos parecidos entre sí y ambas tienen un denominador común: la violencia y la falta de cultura deportiva de unos anormales que sólo buscan hacer daño. El fenómeno 'ultra' se fermenta con personajes impresentables y se fabrica desde las ideologías políticas más bajas y más duras. Esta es una de las miserias de nuestro deporte y de nuestro fútbol. Siempre ha estado ahí. En algunos casos con más o menos fuerza. Y es hora de que todos, quien más y quien menos, pongamos remedio para acabar con ella. Quizá nuestra cultura sea de sangre caliente, pero nada justifica asesinar a otra persona sólo porque no lleva los mismos colores que tú o porque te cae mal. Erradiquemos toda actitud agresiva o racista y no hagamos oídos sordos que nos vuelvan cómplices de unos desalmados. Reeduquemos nuestros valores. No habrá deporte para los violentos.