Día Domingo, 07 de Diciembre de 2025
Sanguijuela institucional

Al igual que la sanguijuela, que se adhiere al cuerpo de los entes para absorberles la sangre robándoles su vitalidad y salud, Pedro Sánchez, penetra en las instituciones afanando su credibilidad amoldando los organismos públicos a su antojo para darles un uso personal y a su medida. Anteponiendo el interés particular al general, desvalija las instituciones para adecuarlas a sus aspiraciones.
Primero lo hizo con el PSOE, cuyo partido, tras su victoria frenética en las primarias contra Susana Díaz, ha dejado de ser una formación con ideología y principios para transformarse en una plataforma unipersonalista modificada orgánicamente para el Secretario General. El Partido Socialista Obrero Español es historia, ahora el que orbita es el Partido Sanchista Oportunista Catalán. Pedro Sánchez manda, y los afiliados obedecen. Recuerdo una ocasión, cuando yendo en transporte público, algunos no tenemos la suerte de poder sobrevolar los cielos con el Falcón, un anciano con gran vida recorrida y votante socialista, me sorprendía con un contundente, “Pedro Sánchez es un sinvergüenza, ha destrozado el PSOE”. Incluso los que antes le vitoreaban, ahora le dan la espalda. Como Narciso, el Presidente de Gobierno se ha quedado inmóvil en la orilla del rio contemplando cómo su rostro se reflejaba en el agua. Su narcisismo, despotismo y ansias de poder han propiciado que utilice la política como fin en lugar de como medio.
Tras fagocitar el partido que le ha dado el cargo Presidente de Gobierno, ha hecho lo propio con las instituciones. Correos, CIS, DGT… Ha evolucionado los organismos públicos a su antojo poniendo en su dirección a colegas de la infancia, a compañeros de partido, y familiares. Al más leal de los amigos, José Félix Tezanos, le ha dado el sillón del ente que realiza los sondeos electorales, el CIS, para que cocine victorias virtuales de su persona en elecciones generales. Algunos juegan a la PlayStation para ganar la Champions, otros maquillan sondeos para conquistar comicios… Si sueñas, loterías. Un Tezanos, que al igual que al Presidente de Gobierno, le es indiferente desprestigiar la institución, lo único que les es de incumbencia es perpetuarse en el poder. Con la moción de censura a Mariano Rajoy en mayo de 2018, no empezó un nuevo gobierno con distinto tinte político, sino una campaña electoral que durará hasta 2020. Campaña, que ni míticos socialistas como Alfonso Guerra se tragan. El exministro, tildó de raro el 30% que el CIS otorgaba al PSOE en el último barómetro. Tezanos, se ha pasado, se le ha quemado la comida y el trampantojo no ha colado.
Leyendo Homo Deus, en donde en un capitulo, el autor, Yuval Noah Harari, relata como en el fin de la dictadura rumana de Nicolae Ceaușescu en 1989, el nuevo gobierno “democrático”, se encargó de colocar a sus amigotes en las instituciones y así perpetuarse en el ejecutivo, me fue inevitable remitirme a los mismos hechos que constatan el gobierno de Sánchez. El Presidente que asaltó el poder para higienizar las instituciones de la corrupción sembrada por Mariano Rajoy, ha hecho lo mismo que el gobernante al que él desalojó. Al mismo tiempo que en el discurso de moción de censura a Rajoy, Pedro Sánchez condenaba la corruptela del Partido Popular, seguro que ya estaba llamando a sus allegados prometiéndoles un carguito. Poniendo a su alargada figura por encima de todo, el Presidente de Gobierno aparenta ser más un déspota que un demócrata. No solo no es un gobernante ilegitimo, al que incluso dictadores como Nicolás Maduro piden que convoque elecciones, sino que pretende anteponer su cara a España y a sus ciudadanos.
Un país, que no dudara en asesinar, ya se ha visto como seduce a los nacionalistas catalanes, por seguir durmiendo en la Moncloa las noches que no esté haciendo rutas exóticas con el Falcón o viendo conciertos de sus cantantes favoritos. Pedro Sánchez es el presidente que ha conseguido que los españoles anhelemos a Rajoy y a Zapatero, se ha erigido como el peor gobernante de la historia de España. Un político, al que hay que desalojar, un socialista de pacotilla que, si no nos hace caso en las instituciones, habrá que condenar en la calle, en la manifestación del domingo en la plaza Colón de Madrid. No es por él, ni por mí, sino por España, por un país con unas instituciones al servicio de los ciudadanos y no de Pedro Sánchez.

















Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.29