El Circo de los Diputados

Los manuales de Derecho Constitucional definen a la moción de censura como: “Instrumento constructivo de control al gobierno”. Un mecanismo de carácter extraordinario que se utiliza en muy contadas ocasiones con el fin de forzar al gobierno para que dimita e instaurar un nuevo ejecutivo sin necesidad de que se celebren elecciones generales.

Lo que más me llama la atención de la definición de moción de censura reside en la palabra “Constructiva”, adjetivo que refleja la intención que tiene este mecanismo, triunfar y conseguir el objetivo marcado. Derribar el gobierno y que el candidato alternativo se legitime en el poder. Una técnica de control, la moción, que de no ser fructífera o de provecho carece de sentido, pierde toda esencia y función.

Como ocurre con la moción de censura presentada por Unidos Podemos, la cual, no es fructífera ni útil. En lugar de censurar al gobierno de Mariano Rajoy, Pablo Iglesias parece pretender lo contrario, dar alas al ejecutivo y justificar su prevalencia en La Moncloa. Poner en un aprieto al PSOE, tender una trampa a Ciudadanos para que rechace la propuesta y así ahondar todavía más en la etiqueta de marca blanca del PP que ostenta la formación naranja. Más que constructiva, esta es destructiva, estamos ante una moción que no pretende asaltar el poder, eso es imposible a día de hoy, más bien su objetivo es dañar a sus rivales políticos, erigiéndose Podemos como la única alternativa capaz de hacer frente al PP, los únicos que no les tiembla el pulso para toser al gobierno.

Utópica e incoherente, estas son las características de esta medida tomada por Unidos Podemos. Es incongruente que sin haber hecho oposición o haber presentado propuestas sensatas en el Congreso que no tuvieran que ver con la Coca Cola o el Valle de los Caídos, ahora se pongan de nuevo el disfraz de Robbin Hood y quieran salvar a España de Mariano Rajoy. Servir a su pueblo, ese que tanto aman, siendo los héroes que acaben con el malvado ejecutivo fascista y corrupto del Partido Popular.

El gobierno es censurable está claro, pero Iglesias no es presidenciable. El líder de Podemos debe demostrar que es el Presidente idóneo para España tomándose en serio su labor como oposición, sin montar circos o dando que hablar. Los españoles, la gente, quiere una oposición constructiva, que estructure una España prospera y consensuada. Un dialogo que solo se consigue participando en el juego democrático, sirviendo a los ciudadanos en las Cortes Generales, cambiando España a través de propuestas que ayuden a la gente, que trasformen sus vidas. Una existencia, que no será mejor porque no se distribuya Coca Cola en el Senado o porque Franco no este enterrado en el Valle de los Caídos. A los ciudadanos, les importan más otras cosas, como la renta mínima propuesta por el PSOE en la cámara baja, o el paquete de reformas para los autónomos impulsado por Ciudadanos. Debemos jugar en el mismo equipo, cambiar entre todos España haciendo una oposición constructiva, no destructiva, moviendo los mecanismos democráticos no para cortar cabezas sino para servir y ayudar al pueblo, a la gente, a los votantes.

El cielo no se toma por asalto señor Iglesias, se conquista con consenso, proponiendo, no montando un Circo de los Diputados.