El duro desafío de Jorge Crivillés en aguas de California

Si consigue cruzar a nado el canal de Santa Catalina será el primer alicantino y cuarto español que obtenga la llamada Triple Corona, el título internacional más prestigioso en la natación en aguas abiertas que se entrega a los nadadores que superan a nado el canal de La Mancha, rodean la isla de Manhattan y atraviesan el canal de Santa Catalina. A Crivillés, a quien patrocina Asisa, le impulsa un fin solidario: nadará a favor de los enfermos oncológicos de la Asociación Española de Afectados por Linfoma (AEAL).

El canal de Santa Catalina, de 39 kilómetros, es considerado uno de los más duros del mundo para cruzar a nado por sus complicadas condiciones ambientales, especialmente en sus seis últimos kilómetros, en los que se cruza una enorme falla y las temperaturas descienden de 17 a 14 grados de forma repentina. El trayecto parte desde la isla de Santa Catalina hasta la costa de Los Ángeles. Crivillés estará más de 10 horas nadando de noche y ataviado únicamente con un bañador, gorro y gafas. Jorge Crivillés, miembro del Club de Natación RC7 de Alicante, contará con un equipo de apoyo integrado por su entrenadora, Serrana Fernández y personal sanitario. En todo momento, será vigilado por una embarcación y un kayak que estará atento a la evolución de la prueba. No obstante, el nadador no podrá tocar y apoyarse en nada, y nadie lo podrá tocar a él.

Té rojo y donuts para una larga noche

El nadador, que entrena seis días a la semana en piscina y gimnasio, ha tenido que perder más de 15 kilos de peso. La pasada semana realizó un reconocimiento médico en la Clínica Vistahermosa de Alicante, un centro que le ha acompañado en todo el proceso de preparación. De hecho, la doctora Paula Giménez, responsable de su prestigiosa Unidad del Sueño le ha realizado un estudio específico para la prueba. Crivillés ha explicado hoy en la Clínica los detalles del desafío que está a punto de iniciar.

El nadador, de 44 años, ha admitido que está cansado físicamente, pero con la motivación intacta. “En mi cabeza no cabe otra cosa que lograrlo. Este año, gracias a Asisa y su entusiasmo será posible”. "En momentos claves y duros en los que la cabeza flaquea, una de mis motivaciones es la de pensar en la asociación y nuestros fines solidarios”, ha señalado. Durante las horas que dure la travesía a nado el deportista alicantino se alimentará de pequeños trozos de plátano, barritas energéticas, dátiles, té rojo, mucho líquido y donuts.

El agua salada y el frío dañan los labios, y los trozos de donut le aportan grasa y azúcar, y se deshacen en la boca de forma fácil, según ha explicado Crivillés. La embarcación que acompañará al nadador va provista de un sónar que le avisará si se aproxima algún tiburón. Si es así, Crivillés lleva un dispositivo que emite un sonido para ahuyentar a los escualos. "Hay un 50% de posibilidades de que se marche y otro 50% de que se acerque", ha señalado el nadador, quien no obstante ha asegurado que "nunca ha pasado nada".