Día Martes, 30 de Diciembre de 2025
El aeródromo republicano de Monóvar
Los vecinos de la pedanía de El Hondo, en Monóvar, constataron que había una guerra civil en España un día del mes de mayo en que los soldados republicanos llegaron con la orden de construir un aeródromo en la vaguada en la que ellos cultivaban trigo y vid. Lo primero que hicieron fue incautarse de la sombra de un pino, que era la única que había en varios kilómetros a la redonda, y anexionarle la casa que había al lado para hacer en ella un cuartel. Luego construyeron un refugio, un polvorín, una torre vigía y varios nidos de ametralladoras.
El objetivo no era otro que dejar una puerta abierta para una evacuación del Gobierno de la Segunda República y las personalidades que componían su séquito, ante el color de los acontecimientos. En la madrugada del 5 de marzo de 1939, el doctor Juan Negrín, Dolores Ibarruri, Rafael Alberti, María Teresa Léon, Enrique Líster y algunos otros colaboradores salieron desde el aeródromo de El Hondón en un par de bimotores Douglas de las Líneas Aéreas Postales Españolas (LAPE) hacia Orán (Argelia). Sobre estos viñedos de uva monastrell se esfumó la Segunda República. En la actualidad, un monolito conmemorativo y dos refugios antiaéreos dan fe de aquel acontecimiento. Pocas semanas antes el Gobierno Republicano se había instalado en secreto en la conocida Posición Yuste, que no era otra cosa que el nombre en clave de la finca petrelense de El Poblet, una zona que reunía las suficientes condiciones de seguridad que ya no se daban en una Valencia que se había convertido en capital de la República tras el avance de las tropas nacionales en Madrid.
La sede del Ejército de Tierra se instaló en las Escuelas Graduadas de la zona, al mismo tiempo que dos chalés de la Ciudad Vergel fueron habilitados para el Servicio de Información Militar (SIM). Mientras, la sede del Comité Central del Partido Comunista se estableció en una finca situada detrás de la actual gasolinera ‘Idella’. Resultó breve la experiencia. Apenas diez días duró el legítimo Gobierno de la Segunda República en tierras alicantinas. La revuelta del coronel Casado que intentó llegar a un acuerdo de paz con Franco al que Negrín se oponía y el reconocimiento de las democracias europeas al bando golpista, aceleró la inevitable victoria del ejército franquista y el fin de la Guerra Civil. Las fuerzas casadistas fueron capturadas a las afueras del aeródromo de Monóvar y conducidas a la cárcel de Alicante. El ocaso del conflicto armado tuvo lugar en Elda el 29 de marzo, cuando fue izada en el Ayuntamiento la bandera roja y gualda, y una fuerza militar con tropas italianas de la división Littorio entró en la ciudad. Alicante se convirtió en la última provincia española en caer bajo el bando fascista. Más de 4.000 antifascistas fueron hechos prisioneros.
Otros miles de supervivientes lograron escapar de la dictadura desde el Puerto de la capital de la Costa Blanca. La apasionante historia de los últimos rescoldos de la Segunda República conducen al viajero hasta Monóvar. Con casi 13.000 habitantes censados, este municipio perteneciente a la comarca del Medio Vinalopó es conocido por ser la cuna de nacimiento del afamado escritor José Martínez Ruiz, Azorín, uno de las plumas más destacadas de la Generación del 98. Con dudas en torno a su origen, romano o árabe, Monóvar cuenta con varios reclamos que llaman la atención de quien los visita: el Ayuntamiento (siglo XIX), la iglesia arciprestal de San Juan Bautista (siglo XVIII), la de los Capuchinos o las ruinas de su antiguo castillo árabe.
*Javier Ramos es periodista. Administra el blog Lugares con Historia



















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