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ROSA SÁNCHEZ Jueves, 11 de Diciembre de 2014

Los leones protegen el Marq

La Danza del León simboliza en Oriente protección, prosperidad, poder, longevidad y, en general, buena suerte. Se trata de una tradición que, según la leyenda, tiene su origen alrededor del año 200 a.C.  en la dinastía Han de China.

 

La misma sobre la que versa la exposición 'Señores del Cielo y la Tierra' que desde junio y hasta el próximo 11 de enero ofrece el Marq. Y el viernes 12 de diciembre, el público -tanto niños como adultos- podrá disfrutar de una de estas ceremonias, que se celebrará en los jardines del complejo a partir de las 18:00 horas en una fiesta con la que comienza el programa de actividades del museo previsto para estas navidades. Una oportunidad de ver en Alicante esta mezcla milenaria de baile y teatro y que escenificará el grupo del Club Puerta del Dragón (LongMenPai), encabezado por Javier de la Horra.

 

En la danza, que dura entre 7 y 10 minutos, se representan los movimientos del león, de los que se encargan de dar vida dos bailarines que forman la cabeza y el cuerpo. Sus piruetas y ejercicios tienen que ir acompasados y al ritmo de la música que nace de los tambores, los platillos y el gong. Y a todos ellos les acompañan los ayudantes de la performance, que forman la cabalgata. "La idea es que la gente no vea a dos bailarines, sino que pueda ver realmente al animal, cómo se mueve, se lame, levanta la cabeza y come.", afirma Javier de la Horra.

 

MUCHO MÁS QUE UNA DANZA

 

Pero no sólo es danza, es mucho más. Este folklore se basa en cuatro fundamentos, tal como enumera Javier: "por una parte, la simbología: lo que se hace se hace porque significa algo; el espectáculo, no hay que olvidar que es música, ruido, coordinación, color; la técnica, ya que los movimientos deben ir acordes al sonido y, por último, el propio animal, que es a quien representamos".  Asimismo, como curiosidad, esta ceremonia también tiene un doble sentido, ya que sirvió para enviar mensajes secretos entre los detractores y partidarios de las dinastías Han y Quing.

 

Uno de los momentos principales de la ceremonia es cuando el león 'come' unos trozos de una especie de lechuga y después los reparte entre los asistentes, como escupiéndolos. Y lo hace desde el centro de la figura formada por cuatro naranjas que se identifican con los cuatro puntos cardinales. "Esto simboliza que come o coge el verde, que representa la agricultura, el alimento, y lo escupe a modo de bendición, repartiéndolo desde el centro de la Tierra hacia el Norte, el Sur, el Este y el Oeste para dar suerte a todo el mundo y ahuyentar a los malos espíritus. Es como el equivalente a la consagración en Occidente", explica el representante de la asociación. En definitiva, una manera de atraer a la buena fortuna para el nuevo año que está a punto de comenzar.

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